Canarias, 11 de diciembre de 2017.- Artículo del vicepresidente de la Zona Especial Canaria (ZEC), Pedro Alfonso, publicado en El Día.
Dentro de los anglicismos que nos rodean resaltan, en el mundo del emprendimiento, las «starups», que podrían definirse como empresas de nueva creación que presentan grandes posibilidades de crecimiento. Normalmente, esta palabra suele utilizarse para aquellas empresas que tienen un fuerte componente tecnológico y que están relacionadas con el mundo de Internet y las TIC, lo cual tiene asociado unos costes de desarrollo menores que negocios de otros ámbitos y, por consiguiente, las necesidades de financiación para su puesta en marcha son sensiblemente inferiores.
La gran mayoría de «startups» «startups» no utilizan fuentes de financiación tradicionales, como pueden ser créditos de bancos y otros vehículos similares, optando por capital aportado por inversores a cambio de un porcentaje de la empresa en aquellos casos en los que la «startup» no cuente con un modelo de negocio en sus primeros meses de vida.
Ejemplos de «startups» existen muchos, tanto a nivel internacional como a nivel español. Google, Twitter, Facebook, Tuenti, Instagram o Privalia comenzaron siendo «startups», y con el paso de los años se han convertido en gigantes empresariales con un gran número de empleados y un número importante de ingresos y beneficios.
Estas son las iniciativas que todos tienen en boca y que no se repiten fácilmente, aunque en estos días se han presentado en Berlín, Alemania, varias compañías de base científica y tecnológica en las que me gustaría obviar su nombre y señalar la actividad a la que se dedican, pues hablan por sí solas de la importancia de su desarrollo en territorios como el nuestro, y lo que es mejor, con proyección global:
Bioinformática para prevenir muerte por sepsis, creación de piel artificial hipersensible, biotecnología y nanomateriales para curar heridas, asistencia inteligente que hace planes de empresa, conversión de algas en tinta para impresora, biotecnología para tender una trampa al cáncer, huertos urbanos inteligentes y personalizados o tecnología limpia para depurar agua.
Y, como todo es posible si abres los ojos a tiempo, hagamos que nuestra internacionalización aumente el valor de Canarias promoviendo este tipo de iniciativas.
*Vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria