Canarias, 05 de febrero de 2018.– Compartimos en nuestra web el artículo del vicepresidente de la Zona Especial Canaria (ZEC), Pedro Alfonso, publicado el pasado domingo en El Día.
Casi todos los medios de comunicación alertan del peligro de una guerra de divisas, la enésima, capitaneada por EEUU, que ha ido depreciando la paridad del dólar con respecto a la cesta de las principales monedas del mundo en un 13,4 %, escasamente en un año.
Esto permite que su industria tenga mayores posibilidades de exportación a otros países, por lo que aquellos que cotizamos en euros nos vemos desplazados del consumo global, dificultando las exportaciones de bienes y servicios, a la par que mejora la presencia de los productos de EEUU en la UE.
Si a eso le añadimos la importante rebaja fiscal del impuesto de sociedades y atractivos incentivos fiscales para atraer inversión a EEUU, una política de atracción de inversiones productivas en Canarias sería una apuesta, más que necesaria, vital.
Todo ello sin alarmismos cortoplacistas, pues tenemos un colchón económico en el sector servicios para plantarnos una progresividad que garantice los buenos resultados de complementar ese sector que difícilmente podremos sustituir ni a corto ni medio plazo.
Canarias sigue mirando a la industria como motor de crecimiento, tanto propio como por favorecer la internacionalización, y el efecto arrastre que tiene hacia el resto de los sectores, la calidad del empleo que genera, su capacidad para innovar y la intensidad con que usa las nuevas tecnologías.
En Canarias tenemos que ofrecer la estructura necesaria que posibilite el progreso de la tecnología, la transformación digital de la economía, compensación adecuada de los costes de transporte y ultraperificidad, internacionalización, cualificación para el empleo para ayudar a generar cadenas de valor que podamos reexportar y apuntalar con mejores recursos nuestras políticas de cualificación, empleo, progreso, energía, cambio climático, economía circular, logísticas, marco regulatorio y redimensionamiento del tamaño de nuestras empresas bajo el paraguas de la competitividad, política fiscal reducida e incentivos económicos.